Autoridades del estado de Kentucky, en Estados Unidos (EE.UU.) incitaron este jueves a que los residentes abandonaran la localidad de Livingston, tras producirse el descarrilamiento de un tren de carga donde el azufre que transportaba se incendió.

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De igual manera, a través de un comunicado, la empresa CSX dijo que “al menos 16 vagones están implicados, incluidos dos que contenían azufre líquido, que se abrieron y perdieron parte de su contenido, y se incendiaron”.

Por otra parte, “cuando el azufre líquido se quema, libera dióxido de azufre”, dijo la empresa, mientras que el gobernador de Kentucky, Andy Beshear manifestó que “la respuesta a este accidente está en curso y los funcionarios locales están animando a los residentes de Livingston a evacuar” la zona.

Ante la situación desesperante, los vecinos aluden que entraron en pánico. Esto fue corroborado por la residente Linda Todd, quien dijo que “entré en pánico, estamos cocinando, tenemos pavos en el horno. No podemos irnos”.

Los derrames de sustancias tóxicas han sido frecuentes en algunos de los estados de EE.UU. a partir de los choques de trenes en Ohio, Wisconsin y Alabama. En marzo, un tren que transportaba sustancias químicas, entre ellas cloruro de vinilo, una sustancia química cancerígena y altamente inflamable utilizada en la fabricación de plástico, había descarrilado en el estado de Ohio.

En marzo, hubo tres accidentes provocados por la compañía Norfolk Southern, y el que más daño ha ocasionado fue en Palestina Oriental en el estado de Ohio.

En este sentido, toca evaluar los daños que provocará el incidente de este jueves, ya que en el accidente en East Palestine, los habitantes del lugar habían denunciado que los materiales peligrosos afectaron la calidad del aire y el agua.

En aquella ocasión, los residentes de la comunidad en un documento compartido por la Organización Valle del Río, manifestaron que “los contribuyentes no deberían pagar esta factura. Norfolk Southern hizo este desastre, deberían limpiarlo. La empresa debe comprometerse a pagar el 100  por ciento de los costos de las pruebas, la reubicación, la limpieza, el control y los costos médicos, y un asesor científico independiente. Deja de poner a las personas por encima de las ganancias”.

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